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jueves, 29 de julio de 2010

Flavour From... China

Me encanta la comida china, pero tengo un pequeño gran problema a la hora de ingerirla. Cada vez que voy a un restaurante chino salgo del local con un horrible dolor de barriga. Supongo que es mi particular síndrome del restaurante chino.

Ante el desarrollo de esta intolerancia, no me ha quedado más remedio que recurrir a la fabricación casera y occidentalizar (todavía más si cabe) esta clase de platos.

Una de mis recetas favoritas son los fideos chinos, que yo elaboro con pollo, cebolla, puerro, zanahoria, pimiento rojo, champiñones y brotes de soja. No hablo de cantidades porque más vale improvisarlas según gustos, hambre y número de comensales. Así seguro que sale a gusto del consumidor.

En cuanto al método de elaboración, lo primero que hay que hacer es cortar el pollo en tiras y dejarlo macerar durante una hora en salsa de soja, rodajas de jengibre y ajo pelado.

Después, habrá que sofreír en el wok la cebolla y el puerro con algún que otro ajo picado. Cuando los ingredientes se hayan reblandecido, añadir el pollo y una vez que la carne se haya marcado (no hay que cocinarla por completo), se saca del wok y se reserva.

En la salsa que ha quedado, se añade el pimiento y la zanahoria cortados en tiras. Se vierte salsa de soja y vino blanco y se espera hasta que el caldo reduzca y las verduras estén cocinadas. Ahora es el momento de agregar el pollo, los champiñones cortados y los brotes de soja, estos últimos sin miedo, puesto que tienden a desvanecerse.

El último paso, una vez cocinados los champis y la soja, consiste en incorporar los fideos chinos (hervidos según indique el paquete) al wok y dejar reposar un ratito la mezcla.

lunes, 19 de julio de 2010

Barbacoa (de costillas)



Hoy es lunes y hay que celebrarlo. Para aparcar el síndrome post fin de semana nunca está de más echar mano de la barbacoa. Encender el fuego, escuchar el crepitar de la leña, cocinar al aire libre, cenar en la terracita… Me encanta el protocolo que acompaña a cada barbacoa…

Hoy me siento sibarita. No me apetece la tradicional hamburguesa, ni el pinchito o la salchicha. Hoy quiero una barbacoa de capricho… Me decantaré por las costillas picantonas.

Prepararlas es muy fácil. Mientras el encargado de los fogones va encendiendo el fuego, hay que triturar una cebolla, 2 dientes de ajo, 3-4 guindillas y un trozo de jengibre (2-3 cm.) junto con 5 cucharadas de salsa de soja. Una vez obtenida la pasta, hay que añadir al mejunje unas 3 cucharadas de zumo de lima, una cucharada de azúcar moreno, 2 cucharadas de aceite, sal y pimienta.

Reservamos la mezcla y, mientras tanto, colocamos las costillas de cerdo en un wok, vertemos por encima la salsa y lo cocinamos a fuego lento durante media horita. Es conveniente ir removiendo de manera constante y añadir un poquito de agua si vemos que se pierde excesivo jugo.

De la vitrocerámica nos vamos a la barbacoa. Asamos las costillas a la brasa durante unos 30 minutos. Ya hacia el final del proceso, rociaemos las costillas con la salsa obtenida en la cocción de la carne y ... ¡voilà!

Ah! Y en cuanto a las cantidades, yo suelo hacer un kilo y medio de costillas para tres personas con el resto de ingredientes indicados y luego acompaño con unas patatas asadas, una ensalada, unos entrantes…